La presentadora Ellen DeGeneres y su novia, la actriz de 'Ally McBeal' Portia de Rossi, anunciaron durante la entrega de premios de los Emmy que se casan.
Ellen DeGeneres aprovechará de inmediato la nueva orden de la Corte Suprema de California sobre el matrimonio entre parejas del mismo sexo. La comediante se casará con su novia la actriz Portia de Rossi, según ella misma lo anunció durante la grabación de su programa.
DeGeneres hizo el anuncio mientras filmaba un episodio de "The Ellen DeGeneres Show" el jueves, el día que la máxima corte del estado derogó las leyes de California que prohibían las uniones gays. Se espera que el programa salga al aire el viernes, dijo una persona allegada a la producción.
La persona, que no estaba autorizada a discutir el asunto públicamente, habló con la AP bajo la condición de anonimato.
Tras citar la determinación de la corte, DeGeneres dijo que ella y Rossi ("Ally McBeal" y "Nip/Tuck") se casarían.
De Rossi, de 35 años, quien estaba en el estudio en ese momento y DeGeneres de 50, recibieron un gran aplauso de parte del público, dijo la persona cercana a la producción.
Llamadas y correos electrónicos enviados al publicista de DeGeneres no fueron respondidos de inmediato.
La nueva decisión judicial establece que personas del mismo sexo pueden casarse tan pronto como en un mes. No obstante, religiosos y conservadores buscan enmendar la constitución a través del voto en noviembre próximo que anularía a la Corte Suprema y prohibiría este tipo de matrimonios.
DeGeneres ha usado la televisión audazmente para defender sus posturas en torno a los derechos de los homosexuales.
En 1997, sacó del clóset su personaje en la comedia de la cadena ABC "Ellen", convirtiendo el programa en el primero, en horario estelar, en tener en el papel principal a una persona abiertamente gay. La movida fue aplaudida por las organizaciones de defensa de derechos y criticada por grupos religiosos.
Un mes antes de eso, DeGeneres había proclamado en la portada de la revista Time que era lesbiana.
DeGeneres y la atractiva De Rossi suelen asistir juntas a los eventos de Hollywood, incluyendo la entrega del Oscar. Anteriormente, DeGeneres tuvo una relación muy publicitada con la actriz Anne Heche.
Durante una entrevista en el 2005 con la revista Allure, la comediante dijo que esperaba estar con De Rossi "juntas por el resto de nuestras vidas".
"Nunca hubiera pensado que mi vida se transformaría de esta manera", señaló entonces DeGeneres a la revista. "Tener dinero. O tener una novia guapísima. Simplemente me siento muy afortunada con todo en mi vida ahora mismo".


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30 jun 2008
Ellen DeGeneres y su novia se casan
13 jun 2008
En el cine con un desconocido
Aquella tarde aburrida y sin saber qué hacer, mientras miraba el periódico, en la sección de cine de verano hacían una proyección de la película de Julio Medem, Lucía y el Sexo.
Había visto esa película como tres veces, pero me gustaba y como no tenía nada mejor que hacer y al ser sesión de verano los precios eran más bajos, no tenía nada que perder.
Una vez allí, compré palomitas y un refresco y me dispuse a pasar la tarde viendo la película.
En la sala sólo habíamos unas 15 personas, me senté en las últimas filas, así nadie podría molestarme.
Se apagaron las luces y comenzó la proyección.
Se estaba bien, no hacía calor y las butacas siempre me han parecido cómodas. La sala estaba en silencio y yo me sumergí en la película, me la sabía casi de memoria, pero aún así seguía gustándome.
Cuando llevábamos unos 20 minutos, se abrieron las puertas tras de mí, y un chico joven, alto y bien parecido, apareció.
Observó la sala buscando un sitio donde sentarse, hasta que detuvo su mirada en mí, con paso firme y sin dejar de mirarme, se acercó y se sentó a mi lado.
En un principio me sentí algo molesta, tenía toda la sala para el sólo y tuvo que sentarse a mi lado.
Pero bueno pensé que daba igual, había ido a disfrutar de la película y es lo que pensaba hacer.
Todo transcurría normal, lo que más me gusta de Lucía y el Sexo es como enfocan las relaciones sexuales que Lucía mantiene sin ningún pudor, y con todo el realismo posible.
Me entró sed y cuando baje la vista para coger mi refresco que había dejado en el suelo cerca de mis pies, me fijé en algo que me llamó mucho la atención.
El desconocido que estaba a mi lado, debía sentir una gran presión en su pantalón ya que su miembro estaba totalmente erecto.
Avergonzada y con miedo a que pudiera darse cuenta de que le estaba mirando, recogí el refresco rápidamente.
Entendía que una película de estas características podía excitar a cualquiera, pero lo que me sorprendía es que el hecho de que ese desconocido estaba así, me excitaba a mí.
No podía apartar la vista de su entrepierna y mi imaginación volaba, ruborizándome al imaginar cómo sería tener sexo en un cine.
Entonces el sin más me pregunto; te gusta?
Yo respondí que sí, que siempre me habían gustado las películas de Julio Medem. El sonrió y dijo: Ya sabes a que me refiero.
Me quede inmóvil, se había dado cuenta de que hacía rato que le observaba, no supe que responder, solo mi vergüenza aumentaba por segundos.
No sabía si hacer como si nada, o levantarme y marcharme.
En ese momento el cogió mi mano y la puso sobre el pantalón. Pude notar su tamaño a la perfección, y eso hizo crecer mi excitación.
Le miré con deseo y el captó mis intenciones a la perfección. Deslizó su mano por mis piernas suavemente, mientras yo le miraba todavía con cara de estupefacción.
Se inclino ligeramente sobre mí y comenzó a besar mi cuello, sus labios eran cálidos, y un cosquilleo recorrió mi cuerpo. Con timidez desabroche su camisa para poder acariciar su pecho, el dirigió sus besos hacia mis senos, despojándome con cuidado de mi camiseta y dejándolos al aire.
Acerco su mano a ellos combinando sus cálidos besos con suaves caricias.
Me sentía extraña a pesar de que la situación era muy placentera y decidí seguir adelante. Apartó sus manos por un momento para desabrochar su pantalón y dejar al aire su miembro erecto, invitándome a tocarle. Con una sonrisa picara alargué mi mano y le dediqué unas sensuales caricias, que el agradeció jadeando con cuidado en mi oído.
El hecho de que pudiéramos ser descubiertos incrementaba mi deseo por él y el placer que me producía su tacto. Mientras yo acariciaba su pene el subió su mano hasta tocar mis braguitas y deslizo un par de dedos por debajo de ellas frotando con suavidad mi clítoris. Cuando sintió la humedad en la punta de ellos decidió introducirlos lentamente dentro de mí.
No podía gemir a pesar de que mi boca lo deseaba, pues a pesar de que no había mucha gente en la sala, podrían oírme.
Mordí mis labios, mientras él seguía introduciendo sus dedos dentro de mí, deslizándolos de fuera hacia dentro.
Mi cadera se movía al compás de su mano, y mi mano aún en su pene, seguía acariciándolo con dulzura, proporcionándole una agradable sensación, ya que le era difícil disimular sus gemidos.
No aguanté mucho más y mientras él se dedicaba a lamer uno de mis pezones, yo llegué al orgasmo en silencio, mi cuerpo temblaba y pude sentir sobre mi mano, el calor de su semen, el también había llegado.
Ambos exhaustos por mantener nuestros jadeos en silencio, nos miramos y nos besamos dulcemente.
Nos acomodamos en las butacas y continuamos viendo la película, apoyados el uno en el otro.
Cuando esta terminó, y se encendieron las luces, nos miramos con complicidad, conscientes de todo lo que había ocurrido momentos antes.
Nos levantamos y con un cariñoso abrazo nos despedimos.
Quizás no le vuelva a ver, tal vez no coincidamos más, pero desde ese día, vuelvo con frecuencia a aquella sala de cine, con la esperanza de volverle a ver, y repetir aquella experiencia tan excitante, con aquel desconocido.





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